martes, 2 de agosto de 2016

Traperos de Navarra: una experiencia de solidaridad, reparto de trabajo y compromiso por la ecología.

 

Extraído del blog de Juantxu Bazán (https://juantxubazan.wordpress.com/)

En mi época de estudiante en Bilbao, a mediados de los setenta,  supe de la experiencia de los Traperos de Emaús, y de ella me serví alguna vez para amueblar algunos de los pisos de alquiler en los que cohabité, y también para husmear entre sus libros de segunda mano algunas joyitas que aún conservo. La basura es un tesoro.
Pero ha sido en los encuentros con Banatu Taldea cuando he podido conocer un poco más a fondo la experiencia de los Traperos de Emaús en Navarra.

Primero, durante las jornadas sobre REPARTO DE TRABAJO PARA CREAR EMPLEO que celebramos el 26 y 27 de noviembre del año pasado en Pamplona, y posteriormente el 27 de abril de este año tras una reunión mantenida con el vicepresidente del gobierno de Navarra, Miguel Laparra, sobre la propuesta de Reparto de Trabajo a la que asistí junto a miembros de Banatu Taldea y de Traperos. Ha sido en estos encuentros en los que he conocido a Fernando, Jose Mari, Lucio, quienes junto a Chema y Jesús me han instruido en esta experiencia en la que el Reparto de Trabajo deja de ser una formulación teórica, una propuesta política, para convertirse en una experiencia real.

Reducción de jornada para compartir el trabajo

Tras la reunión con Laparra, comimos y charlamos mientras tomamos café. Muestro interés por lo que hacen los Traperos de Pamplona y Navarra, y quiero saber de dónde surge la iniciativa de Reparto de Trabajo. “El objetivo de Traperos es la solidaridad, por lo tanto la igualdad salarial y el reparto de trabajo forma parte de su esencia, y en los años noventa cuando empezó a plantearse la reducción de jornada a 35 horas, nosotros nos planteamos qué podíamos hacer para compartir el trabajo con más gente, y decidimos reducir la jornada a 32 horas y media”, nos dice Jose Mari García, gerente de Traperos, “lo decidimos en asamblea y en dos meses incorporamos a 25 personas”.
La experiencia Traperos en Navarra comienza en el año 72 con un puñado de jóvenes movidos por un acto de compromiso y de respuesta ante una situación indigna, el chabolismo padecido por la comunidad gitana, con el objeto de conseguir fondos para facilitar viviendas para estas personas que finalmente pudieron instalarse en el poblado de Santa Lucía. Ya desde entonces se apuntalan lo que van a ser sus principios: la solidaridad, el trabajo en común, y la recogida de residuos…. Los Traperos de Emaús constituyen un movimiento internacional que se inicia en la Francia de la postguerra europea gracias al empuje del Abbè Pierre que promueve la concienciación y puesta en marcha de recursos para las personas sin hogar, y que se formula en un pronunciamiento difícil de cuestionar:
“Ante cualquier sufrimiento humano, según lo que puedas, 
ocúpate no solamente en solucionarlo en el acto
sino también de destruir sus causas.
No solamente de destruir sus causas
sino también de solucionarlo en el acto”
En España también hay comunidades de Traperos en Murcia, Barcelona, Guipuzcoa, Bizkaia, Álava y Granada.
En la actualidad Traperos de Navarra agrupa a más de 200 trabajadores y trabajadoras que cobran el mismo salario, 900 euros brutos por 6,5 horas diarias de trabajo, además de un salario en especie que proviene de los propios materiales que se aprovechan en las recogidas (ropa, muebles…), y la cobertura de gastos médicos que no cubre la seguridad social, así como de la financiación de un 40 % de los gastos sociales para aquellos socios que lo necesiten. En Traperos se prioriza a las personas con mayores dificultades para su integración social y laboral, y por encima de la productividad importa la adecuación a las peculiaridades y características de las personas. Además de la equidad salarial interesa la formación, obligatoria para los participantes a la que tienen que dedicar dos horas y media a la semana.

Jose Mari García: “en las basuras tenemos que evitar las mezclas, pero en la vida cuanto más nos mezclemos seremos mejores”…”

Para los que pensamos que necesitamos transitar hacia un mundo más ecológico y construir una sociedad más igualitaria, Traperos, patria de los excluidos y excluidas, representa una isla en un mar de turbulencias, una experiencia que nos hace creer que otro mundo es posible, y sin embargo, ese mundo posible se construye sobre una paradoja: hacer algo hermoso de lo que la sociedad rechaza, de las personas excluidas, y de lo que se tira a la basura. “Somos los descendientes organizados del hombre del saco”, dice Jose Mari, “los aparentemente inútiles aprovechamos lo aparentemente inútil para construir cosas útiles para nosotros, para la sociedad y para el planeta, y esto es posible porque Traperos es un espacio de relación en el que nos necesitamos y nos servimos los unos a los otros”. Cita Jose Mari al sociólogo y humanista Jean Ziegler para recordarnos que “la generosidad es una reacción innata de la humanidad frente a las situaciones de injusticia”.
Otras de las características de Traperos es la diversidad, de razas, de religiónes, de condiciónes sociales, de opciones sexuales, de pensamientos… “esto es algo que se vive como un elemento fortalecedor que nos ayuda a rascar la utopía con las manos, el reconocimiento de las diferencias es una gran riqueza” dice Jose Mari, y concluye: “en las basuras tenemos que evitar las mezclas, pero en la vida cuanto más nos mezclemos seremos mejores”. En coherencia con este pronunciamiento en Traperos conviven veintinueve nacionalidades diferentes. El pasado de las personas no importa en Traperos, lo que importa es lo que quiere hacer con su presente y su futuro.
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Y en el presente importa el trabajo. El objetivo principal es la recogida y reutilización de residuos de todo tipo: objetos voluminosos (muebles y asimilados); RAEES (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos); ropa; vidrio; papel y cartón; pilas; juguetes; libros. Los sistemas de recogida varían en función del tipo de residuo, desde la recogida domiciliaria o por comercios, a la instalación de contenedores o puntos de recogida; y para ello disponen de una importante infraestructura: una nave central en Sarasa y otra en Estella, y además cinco tiendas de segunda mano (tres en Pamplona, una en Estella y otra en Tudela). Es importante señalar que una parte de los residuos son reutilizados por los propios Traperos, procesando, separando, e incluso reparando. Por ejemplo, la fabricación de trapos de cocina procedentes de telas en desuso, la reutilización de mobiliario o la reparación de juguetes (los “titos” según la denominación dada por los Traperos). La principal fuente de financiación proviene de los contratos con ayuntamientos y mancomunidades de Navarra para la recogida de residuos. Para más abundamiento se pueden consultar las memorias anuales de Traperos en las que se explica de forma clara su actividad:
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Instalaciones de Traperos en Sarasa, cerca de Pamplona

Compromiso por la ecología
Traperos también es una experiencia de vida comunitaria que se plasma en la vivienda colectiva de Belzunce en la que viven treinta personas, una casa construida con criterios bioclimáticos en el diseño, materiales reciclados, la reutilización del agua, depuración con filtros biológicos, y con autosuficiencia energética a través de energía solar durante una buena parte del año. La apuesta de Traperos por las energías renovables y la reducción de emisiones CO² está en el ADN de la organización desde sus inicios; además de la casa bioclimática con su instalación solar térmica, los almacenes de Sarasa se autoabastecen con un aerogenerador y una red de placas solares térmicas. Por otro lado, Traperos se ha convertido en un magnífico recurso para promover la educación y sensibilización ambiental, el fomento de la economía local, el comercio justo y el autoconsumo. Hoy hablamos de economía circular, y vamos a escuchar esta expresión hasta la saciedad, pero ya hace más de 45 años que los primeros Traperos la inventaron como un medio de subsistencia y como un modo de vida.  La memoria ambiental de 2013 que cuelga en su web da una idea del compromiso de Traperos por el medio ambiente:
traperos5
Solidaridad, reparto, igualdad salarial, diversidad, ecología, economía circular… son las fortalezas de Traperos. Fernando Armendariz nos recalca la importancia del componente afectivo, “el empeño de agradecer todo lo que hace la gente de Traperos, gente a la que jamás le han agradecido nada, esto es algo que fortalece las relaciones”. “Nos definimos como un proceso en el que las personas son lo más importante, y es un proceso que ha ido cambiando, manteniendo la fidelidad a unos principio pero adaptándose, porque las personas también cambiamos”, señala Jose Mari, que recalca que la estructura organizativa de Traperos es piramidal, no autogestionada, pero que en su toma de decisiones se precisa la búsqueda del consenso y la participación de todos como elemento transversal. Dice Jose Mari que la autogestión es complicada en un colectivo tan heterogéneo pero no descarta que haya caminar hacia formas de autogestión y estructuras más horizontales, señalando que en Traperos todo es cuestionable,  de hecho desde noviembre se está trabajando en la revisión de la propia organización, y en la actualidad se reflexiona sobre el marco de relaciones laborales.

Fernando Armendáriz: “en Traperos un conflicto nos descoloca a todos”

Traperos de Emaús es una fundación sin ánimo de lucro que se organiza en función de las tareas (recogida de objetos, tiendas, ropa, RAEEs, titos…) en las que cada responsable forma el grupo de coordinación (el órgano máximo en la toma de decisiones directivas). Fernando quiere insistir que en Traperos la vida laboral no es como en cualquier empresa, “aquí es fundamental la cohesión en el grupo…”, dice Fernando, “cuando la gente te percibe como eres estás acogido a una especie de manto en el que los más puteados son tu mejor garantía”. Pregunto por la forma de intervenir sobre los conflictos, y Fernando nos dice que “hay un régimen disciplinario, y hay referencias reconocidas de autoridad que en modo alguno tienen que ver con ‘ordeno y mando’, sino que es una autoridad reconocida, que pertenece a todos. También hay que decir que las normas en Traperos no se aplican igual para todo el mundo porque hay personas que tienen más limitaciones que otras, y nos aplicamos aquello de que ‘el que no puede debe ser ayudado por el que puede’”. Termina Fernando recalcando que “en Traperos no ha habido despidos, aquí no encaja”. Una institución como la de Traperos en la que apreciamos una alta cohesión y compromiso de los participantes tiene también grandes dificultades por su gran heterogeneidad, con cargas personales emocionalmente complejas, que provienen de la exclusión y del sufrimiento en muchos casos, por lo que necesitan funcionar bien para su propia superviviencia. Fernando está convencido de que “todo el mundo sabe que tiene que funcionar bien porque si no es así no sobrevivimos, de ahí la necesidad de autocontrol para superar los conflictos, algo que es esencial porque en Traperos un conflicto nos descoloca a todos”.
TraperosAsamblea

Pregunto a los participantes en la sobremesa si la labor de los Traperos está suficientemente reconocida. Tanto Jesús Viana como Fernando Armendariz son concluyentes: “creemos que si es apreciada aunque no suficientemente conocida; llevamos toda la vida recogiendo los trastos de la gente y pensamos que la imagen de Traperos es reconocida como imagen de dignidad y buen trato; incluso entre las Administraciones existe un reconocimiento por la función social de los Traperos”. Pienso en ello. Imagino la nómina de un consejero de un gran banco, o la ficha de un futbolista de primera división. Lo que ganan en un día es comparable a lo que cobran los Traperos de toda España en un año, y el espacio y tiempo dedicado a estos personajes es infinitamente superior al dedicado a nuestros casi anónimos Traperos. Concluyo que no, que el reconocimiento social en nuestro país no está bien compensado y que debiera importar más las vidas de las personas que nos hacen mejores.
Nos despedimos callejeando por el casco viejo de Pamplona, y me prometo hacer una visita con los treinta alumnos trabajadores de Escuela Taller “Aprender Reciclando” que dirijo en estos momentos, con la convicción de que tenemos mucho que aprender de esta magnífica experiencia que merece ser contada y transmitida al resto del mundo.

Juantxu Bazán, 24 de julio de 2016
Más información sobre los Traperos de Navarra:
http://emausnavarra.org/index.php/es/

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