Extraído de singenerodedudas.com
Deberíamos estar inaugurando otra era; sin embargo, estamos
asistiendo a un proceso salvaje de involución social en el que se están
agudizando las ineficiencias en el reparto del trabajo, atendiendo más a
los intereses de la repatriarcalización y acumulación capitalista que a
las necesidades de una transformación real hacia la sostenibilidad de
la sociedad y el desarrollo de vidas plenas.
Resulta curioso observar cómo, a pesar de todas las evidencias que
muestran que la inversión en igualdad de género es clave para el
desarrollo humano, la sostenibilidad económica y la medioambiental,
persisten las brechas de género en el trabajo remunerado y en el no
remunerado, haciendo emerger un ‘revival’ del sistema tradicional de
roles de género basado en la división sexual del trabajo.
La idea básica con la que he participado en el foro de debate sobre Economía
consiste en ofrecer tres alternativas básicas para el reparto del
trabajo que orienten la prioridad de la actividad económica en la
satisfacción de las necesidades básicas para el desarrollo humano y la
equidad redistributiva.